Ustedes perdonen

Perdonen si no me disculpo.
Disculpen mi incorrección,
cagándola con mis palabras
ante lo políticamente correcto.
Disfruto de mi diarrea de frases y dibujos,
empachado de tanta indiferencia apestosa
ante la mentira institucionalizada
en el vertiginoso conformismo general.
Si tienen miedo a las alturas,
les aconsejo que no bajen la guardia.
Aguarden en el bosque de la infamia,
donde permanece agazapada la verdad.
Y si tienen miedo a la verdad,
les aconsejo que anden de puntillas,
no vaya a ser que despierten a los
poderosos que nos pisotean con sus embustes.
Nos cazan fácilmente como a presas del pánico
que ellos mismos sembraron con sus garras
cubiertas por guantes de piel de cordero.
Abandonemos el manso rebaño
y este bosque de mierda.
Vamos ya al jardín prohibido.
Escarbemos entre el estiércol y
plantemos muy hondo un futuro verdadero.