Sexo con uno, dos o tres se cuenta por orgías

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Sexo con uno, dos o tres se cuenta por orgías

Con dos rombos

Hablemos de sexo sin tapujos,
sin taparrabos, con la boca llena,
con dos rombos.

Tiempo ha que nos esclavizaron
con un sentimiento de vergüenza
por el natural goce en libertad.
La hipocresía campa a sus anchas,
y nos encierra en una estrecha jaula de castidad,
donde los opresores reprimidos tienen la llave,
y la usan para masturbarse en la sacristía.

La moralidad nos aprieta unos pantalones
que quieren ser bajados
y unos sostenes marrones
que aprisionan blancos pechos.
No es sucio gozar con nuestros cuerpos.
No son palabras soeces, sino susurros en tu oído,
sordo a las monsergas.

No es inmoral follar con la verdad por delante,
ni nada malo penetrar por detrás.
No hay que guardar en el armario la pasión.
Mujer con hombre, hombre con hombre,
mujer con mujer, transexual con hombre…
Sin género de dudas, todos los géneros pueden entrelazarse.
Sol@s, en compañía o en orgía, no hay dos sin tres,
jugando al escondite inglés entre tus ingles.

Intercambiemos parejas y fluidos en tan sabroso encuentro,
pues en este gran banquete de carne tod@s somos follestibles.
En nuestra guerra no se derrama sangre,
y nuestro uniforme es la ropa interior.
Pongámonos cachondos en este cachondeo represivo
y abracémonos al pecado divino.

Ni soy cerdo ni gorrino, pero tengo una salchicha
muy limpia que quiero compartir contigo en cuaresma.
Coge mi freno de mano y lancémonos al desenfreno,
con el corazón acelerado, por tus curvas.
Quiero meter la marcha en tus bragas,
empapar de sudor el húmedo deseo,
pasar mis manos por tu piel sedienta.
En este trabalenguas sin rima,
quiero lamer tu coño depilado,
sin pelos en la lengua.

En esta noche picante, quizá invitemos a cenar
a una persona a nuestra carrera por el placer,
para correrse contigo y conmigo.
El sexo libre es un plato que se sirve caliente.
¿Lo probamos?